lunes, 11 de enero de 2010

SMS

''tnmos k ablar kiero vrt mñn? Bss''

no entendía a que venía ese mensaje. Ella le dijo lo que sentía y él simplemente se fue. Ya hacía algún tiempo de ello y no entendía como ahora que ya empezaba a olvidarse y a vivir sin él volvía. Era extraño... parecía que él sentía como ella pasaba página y entonces él comenzaba a tejer su red para atraparla de nuevo. Pero se prometió a ella misma que esta vez no sería así.

Quedaron a las nueve , cuando ella acabara su clase de historia, una de sus mayores verguenzas: ya estaba en quinto apunto de acabar la carrera y aún arrastraba historia de primero. Estaba muy cansada. No podía mantener los ojos abiertos mucho tiempo más. Sus párpados caían como dos hojas doradas en otoño pero se volvían a abrir como si fueran levantadas por el viento. Tenía que permanecer despierta porque él le dijo que vendría. No podía romper su promesa, después de todo ella había accedido a hablar con él.

Hace ya mucho tiempo que ella pensaba que no había historia. Estaba claro, ni ella era para él ni él era para ella. Eso le producía un dolor exacerbado, pero un dolor con el que vivía, que ya había hecho suyo y del que incluso disfrutaba. Se podría comparar con el dolor del miembro fantasma, pero de un modo más intenso y triste, porque ella no sentía el dolor de algo perdido, disfrutado al fin y al cabo, sino que sentía el dolor de lo que el corazón le decía que era suyo, pero que sabía con certeza que no.

Esta situación la desconcertaba.

Por fin llegó, después de dos horas. Ni siquiera pidió disculpas por retrasarse, ni le dio dos besos, que ella ansiaba, para saludarla. Simplemente se sentó a su lado y articuló, entre dientes, un suave y escueto ''hola''.

Tardó treinta segundos en decir: TE HECHO DE MENOS
y destruir así todas las barreras que ella había construido para protegerse.

Empezó a temblar, no acertaba a decir palabra. No entendía como después de varios meses él le manaba un mensaje y derruía así su mundo, en el que él, por fin, ya no estaba.

-Somos amigos, y hecho de menos hablar contigo... nuestras risas...

¿Eso era todo lo que quería? Le pareció muy egoísta: no la quería, pero tampoco estaba dispuesto a no tenerla.

Decepcionada y herida cogió su bolso y se marchó.

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