miércoles, 12 de septiembre de 2012

Una vida


Yo ya me había imaginado una vida con colores,
con precipicios de finales felices,
con saltos al vacío que realmente no lo eran
porque el último empujón lo daba contigo de la mano.

Una vida de miradas y "te quiero",
suspiros y caricias que gritasen cómeme;
de viajes a nosotros mismos
con paradas en todas las estaciones de tu cuerpo.

De domingos de sábanas mojadas y museos,
de paseos y sonrisas,
y de "preciosa" y otros derivados.

sábado, 11 de febrero de 2012

Tu pluma


2010

Envuélveme en tu poesía, acaríciame con tus palabras, embriágame con adjetivos olorosos, besa cada rincón de mi cuerpo con tus versos.

Me llevas con tu prosa onírica a lugares infinitos y una vez allí me abandonas, me dejas con los lobos que pueblan mi imaginación. Olvidada y sola hasta que vuelvan a ti las musas.

Y unas las letras y los sentimientos, las rimas y los sentidos, los hagas vibrar y me los inyectes en el alma, haciéndome renacer en un verso.

Porque con tus palabras me das la vida y me la quitas. Estoy a merced de tu pluma.

miércoles, 9 de marzo de 2011

La matamos


Allí estaba ella, en el suelo, sin vida. Yacía inerte mientras los dos la contemplábamos, inmóviles, sin hacer nada por retenerla unos segundos más con nosotros.

La enterramos.

Lo hicimos con nuestras manos.

TU Y YO.

La enterramos
en lo más profundo de la tierra, bajo toneladas de arena y reproches.

Después te fuiste, con esa sonrisa de superioridad y de trabajo bien hecho que inundaba tu cara. Yo me quedé un ratito más, contemplando las pruebas de nuestro crimen con los ojos vacíos.

TU Y YO la matamos.

sábado, 27 de noviembre de 2010

adicción


Juego contigo entre mis dedos, intentando resistir la tentación.
Un segundo después ya te estoy encendiendo.
Los dos lo sabíamos desde el principio, mis intenciones se veían desde el fin del mundo.

Te inhalo lentamente, saboreándote, matándote...
AHORA la que disfruta soy YO
"Otro tirito, no pasa nada" me digo intentando engañarme. Pero ya es demasiado tarde, tu humo ha llegado a mi cerebro y hace y tiempo que quemó mi corazón.
La boca me sabe a cenicero de bar de mala muerte y el barro de mis pulmones no me deja respirar.
Pero así eres tú, ADICCIÓN.

Y una vez más no me resisto a darte otra calada, larga, hasta quemarme los labios.

http://www.youtube.com/watch?v=7cZYvszjRLA

martes, 23 de noviembre de 2010

y se dejó caer

Aquella noche ella murió.

Y lo hizo como siempre había deseado, con las manos llenas de tinta y sangre y el corazón vacío.

Aquella noche escribió su mejor relato, cien palabras tan solo, pero en cada una de ellas recaía todo el peso de su alma.

Ella era poesía, frágil y efímera, tierna y lírica, un pequeño fragmento de un poema nunca escrito.


Tras poner el punto final se dio cuenta de que nunca escribiría algo más hermoso que ese nudo de símbolos y entrañas jamás conocido por el universo.

Así que se dejó llevar, se abandonó a su suerte a sabiendas de que no había red de seguridad.

Y se dejo caer.

Y se dejó desangrar.
Y por fin paró el mundo.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

tierra


Vuelvo a ti, a tu vientre de madre, a tu carne de cereza y pizarra.

Y me recibes con blanca y olorosa jara y la trenzas a mi pelo.
Sabes que estoy agotada y me preparas una cama de alcornoque y olivo. Me acurruco y me arrullas con tu acento dulce y cálido como la miel de romero. Y lentamente me duermo y me arropas con una manta de brillantes estrellas sobre encinas milenarias. Apagas la luna por mí y envuelves tus tierras en niebla para que pueda descansar. Me despiertan los sonidos de tus gargantas y me alimentas con fresco rocío y aroma de retama.

Me besas el corazón con tus labios de amapolas y me limpias el alma con el agua clara que corre por tus venas; a sabiendas de que después me marcharé.


Te amo.

martes, 2 de noviembre de 2010

quimera

pensaba que no volvería a ocurrir, que ya había aprendido la lección y se había hecho más fuerte. pero ella una vez le robó la mirada y aún no se la había devuelto, y posiblemente nunca lo hiciese.
luchar contra eso con polvos de una noche, cigarros mal liados y cantidades industriales de helado de chocolate era una auténtica quimera. no tenía más remedio que rendirse, aunque en realidad no había luchado ni un minuto.
por fin lo terminó de aceptar, cada vez que ella volvía ponía patas arriba su vida, pero sabía que se iría y que tendría tiempo de reconstruirla hasta que volviera de nuevo