martes, 23 de marzo de 2010

volver a casa... levantarte por la mañana y bajar a la cocina empujada por el olor a café y a tostadas recién hechas.
Tumbarte en el sofá y quedarte ante la tele, viendo un partido de la 1st division que tanto has echado de menos, y arroparte hasta el cuello dándote igual que se te queden los pies fríos, porque sabes, tienes la seguridad, de que alguien vendrá y te arropará.

¿pero qué pasa si nunca vuelves a casa?
¿si estás condenada a no volver a tu hogar?

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